Tan
importante (para mi)
que
olvidé la necesidad de
sentir
cerca,
la
importancia de
los
silencios;
sentirse
vivo al despertar;
abrir
los ojos y notar
la
presencia aún del peso
en
el lado opuesto
de
la cama (un sueño).
Perdida
ya toda huella
de
esa sombra
que
habitaba las horas
(ilusiones)
sólo
queda esperar
a
la caída del sol,
regreso
al espacio
vacío
de la noche,
a
la inmensidad del tiempo
sin
la realidad siquiera
de
una aparición
que
confunda sentidos
para
hacer ver un cuerpo
donde
no hay nada.
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